El gran pendiente de la inclusión y visibilidad de las personas trans en las empresas en México

Este es un tema que necesita de toda la atención, especialmente en México. Para entender qué está pasando actualmente en las empresas, tenemos que irnos un poco hacia atrás, donde encontramos las creencias que conforman el paradigma social dominante. Las empresas son sub grupos de este universo social, en donde mayormente se replica lo “socialmente aceptado”; si el tema trans no es siquiera entendido en la sociedad y mucho menos aceptado, podemos imaginarnos que cuando esos mismos miembros que integran una sociedad manejan una empresa, no actuaran de manera diferente.

Difícilmente se va a desatorar un tema en la empresa si no se ha desatorado en la sociedad, porque somos las mismas personas. Se entiende que, al ir en contra del paradigma social que no promueve la inclusión sino que la castiga, estos temas causan incomodidad y prefieren dejarse de lado porque son difíciles. Pero cito a Brené Brown, Profesora e Investigadora de la Universidad de Houston, cuando se le preguntó acerca de la diversidad e inclusión:

“Evitar las conversaciones difíciles es la definición de privilegio”

Seamos sinceros, si no estamos dispuestos a arremangarnos y ensuciarnos, el tema no se va a arreglar y mejor hablamos de otra cosa. No es la gente que está siendo discriminada quien tiene que iniciar estas conversaciones, dijo también Brené Brown, y yo agregaría que sin embargo lo hacen de buena gana y con toda la disposición para que las cosas se muevan. Y mueven mucho, aun luchando contra corriente y haciendo lo imposible desde posiciones muy lejanas de donde se pueden lograr los cambios. La razón por la que tendríamos que tener estas conversaciones y lograr la inclusión es muy simple: es lo correcto. Discriminar a alguien debiera ser algo totalmente erradicado de una sociedad sana y solo una triste etapa en la historia de la humanidad que ya hubiera sido superada.

Son muy pocas las empresas en México que son realmente incluyentes, algunas por convencimiento y otras por heredar reglamentos internos de sus países de origen. Pero cuando se trata de la inclusión de las personas trans, hay un factor que marca la diferencia y hace que hasta a la empresa más “incluyente” se le atragante el tema: la visibilidad. Por su naturaleza, una persona trans atraviesa cambios físicos muy importantes, además de los cambios legales de nombre, género etc. Lo que otras personas que forman parte del colectivo LGBTQ+ pueden decidir no visibilizar y con ello evadir de cuajo el ser discriminadas por una empresa y asegurarse el sustento, la letra T no cuenta con ese beneficio.

¿Qué es lo que temen las empresas al incluir personas trans? Seamos claros, la idea que prevalece es que las personas trans sufren algún trastorno mental, son malas, pervertidas o no dignas de confianza. ¿De dónde viene esa idea?  Del cine y la televisión que las pintan así y de ciertos grupos muy preocupados por hacer prevalecer sus ideologías basadas en mitos y dogmas. La ciencia, sin embargo, está del lado de las personas trans. Vamos a decirlo con todas sus letras: el origen del tema es puramente BIOLÓGICO. Es un cambio en la arquitectura neurológica de la persona, según palabras del Dr William Powers, experto en el tema. Con una tomografía el doctor demuestra una y otra vez no solo lo que ocurre, sino que ha identificado varias causas que lo provocan.

Una persona trans tiene tanta injerencia en esto, como tú de haber escogido el color de ojos con el que naciste; nadie escoge ni escogería ser trans para ser rechazado por toda la sociedad y encima tener que vivir procesos traumáticos y cirugías dolorosas nada más por ocurrencia o moda, aunque esa es una idea muy común entre la sociedad no trans (Cisgénero). El mal entendimiento del tema es tal, que equivale a cuando se pensaba que la tierra era el centro del universo y todo giraba alrededor de ella y se castigaba amorosamente en la hoguera a quien dijera lo contrario “pero era por su bien ya que estaba defendiendo algo antinatural”…Algo ahí me suena familiar.

Las personas trans son personas absolutamente normales, con los mismos anhelos y necesidades como poder realizarse en lo profesional, ganándose el sustento con su propio esfuerzo. Son personas que forman familias, tienen profesiones, pagan impuestos, tienen vidas espirituales si así lo deciden, gozan y sufren como cualquier ser humano. No se habla de las historias como la de Martine Rothblatt, mujer trans, abogada experta en legislación espacial, empresaria farmacéutica, experta en biotecnología, doctora en ética de la medicina, experta en inteligencia artificial, filósofa existencialista y escritora… ¿la conoces? Posiblemente no. Habría que preguntarse el porqué.

El tema de la visibilidad, especialmente en los puestos altos y de mucho contacto con socios importantes de negocio, ha hecho que las empresas no quieran dar ese paso porque saben que también podrían acabar en la hoguera empresarial. Pero a algunas empresas no les ha importado, como cuando HSBC decidió pintar de los colores del arcoíris a sus emblemáticos leones en Hong Kong, ante la ira de la sociedad. Sabían que algunas personas cerrarían sus cuentas, pero era más importante hacer lo correcto y quedarse con los clientes que representaran sus valores. ¿Difícil? ¡Ciertamente! A veces no es fácil hacer lo correcto, pero para una persona trans el poder tener un trabajo es la diferencia a veces entre poderse sostener o morirse de hambre, que es lo que pasa cuando alguien decide ignorar un CV para no buscarse problemas. Invisibilizar es borrar de la existencia, es aislar, es asfixiar, mientras que visibilizar es aceptar, reconocer, dar oportunidad.

La diversidad es además rentable, ya que la aportación de gente valiosa y con diferentes puntos de vista enriquece la experiencia del negocio. Ahora que hay un foco importante en los soft skills para contratar personal, la resiliencia y el carácter de una persona que literalmente enfrenta el rechazo de todo el mundo y sale adelante, seguramente serían cualidades deseables en el equipo de trabajo. Les invito a abrirse de una vez por todas para terminar con el flagelo de la discriminación, y puedo apostarles que la sorpresa que se llevarán será muy grata al tratar de cerca, a lo mejor por primera vez en sus vidas, a personas que tienen tanto que aportar a sus negocios.

Juliette Greenham

Noviembre 2021

Deja un comentario